Todo está politizado.

 

Y es que últimamente  la población está  venga increparse por todo y en el fondo es normal. Los cargos que ocupan ciertas personas están politizados y es una práctica habitual por los partidos políticos. Las consecuencias a la larga las padeceremos aunque  unos antes que otros.

Todos hemos leído y escuchado en los medios que ciertos jueces son colocados por los que gobiernan en función de las mayorías que posean. Las simpatías a la hora de juzgar en unos casos y otros quedan manifiestas y de ahí el cabreo que luego se desprende de los fallos que emiten.

http://www.elmundo.es/pais-vasco/2015/06/29/55910340ca4741c3708b4576.html

En las Cajas de ahorro pasa lo mismo. Existen también cargos politizados y la conclusión de todo ello creo que la hemos pagado con creces los españoles para salvar la incompetencia de personajes sin ningún tipo de preparación y solo como currículum la pertenencia a un partido político.

Los periodistas, en algunas ocasiones dan vergüenza escucharlos como defienden a un partido político dependiendo de los intereses del grupo al que pertenezca. La profesión esta vendida y ciertos medios de comunicación también.

Las empresas tienen directivos que a su vez son políticos encubiertos que se benefician dependiendo de quien este en el gobierno para obtener  contratos a los que pocos tienen acceso.

A su vez los políticos tienen  dentro de las empresas sus peones para cumplir favores y la moneda de cambio son los ciudadanos.

Y finalmente los ciudadanos son esclavos de un sistema corrupto lo mires por donde lo mires con la resignación para muchos, de que no queda otra, mientras te dan  una limosna para comer cuando  te lo han quitado todo. ¡Mas vale poco que nada¡, dicen muchos, ……Menuda resignación mas complaciente. ¿Donde quedaron aquellos tiempos de luchar por defender con valentía los derechos básicos de los ciudadanos para vivir con dignidad y no bajo el yugo de unos políticos que llaman a tu puerta para prometerte, a cambio de tu alma,  unas migajas para sobrevivir?.

Sus decisiones, por nefastas que sean, no les inmutan y casi nunca pagan  por ellas. Nos lastran al abismo y seguimos sumisos. Su mecanismo les sigue funcionando y lo peor, ya sea por un miserable puesto de trabajo o por una caja de galletas, o por una baldosa en la puerta, vendrán cada cuatro años a cobrárselo.

Y es que en nuestro pueblo pasa igual. Todo está politizado. En todos los colectivos esta la política metida. Desde asociaciones, hasta……todo.

El merito, la capacidad y transparencia ha desaparecido en todos los ámbitos. Los políticos de Guriezo a lo largo de los años han fraguado un sistema de favoritismos con el  que pretenden que los vecinos estén ciegos. Les buscan trabajo donde sea, les hacen promesas que nunca cumplen, les mienten por sistema. Y es que unos se sentirán afortunados pero la inmensa mayoría no siente lo mismo. Lo que criticamos airadamente y sale en las noticias lo tenemos en casa.

De momento no ha habido Alcalde  que ponga un poco de luz a la situación en la  que vivimos. Y con las noticias que han surgido en estos últimos días menos. La desinformación de un pueblo es el mejor elixir para el que está en el Gobierno. Nadie le molesta ya que nadie pregunta. Y si alguien  se le ocurre… pues no duden en que la maquinaria de la mezquindad del gobernante mas arrogante saldrá a la luz. Hasta que no se entienda que la información es un derecho para todos y se utilice como tal, la política en este pueblo o en el país será como la que se utilizan en países donde la democracia brilla por su ausencia.

Y es que volviendo a lo anterior, el merito, la capacidad y la transparencia quizás tendría que ser un requisito, también, para el que se le otorgue la tarea de  gobernar.

Es injusto que unos disfruten de ciertos privilegios cuando tendríamos que optar todos a tener lo mismo. Pagamos los impuestos de la misma manera pero no a todos se les  aplica las mismas concesiones.Y es que concesiones no tenemos todos. A ciertas preguntas no hay respuestas y no hay que estar en una lista electoral para tener garantizado nada. 

Un pueblo no lo hace una persona. Las señas de identidad de un pueblo la marcan sus gentes, su carácter, sus raíces. Jamás se debería permitir que nadie desvirtúe todo esto en su beneficio.