Estamos a las puertas de volver a
votar pero ¿ que vamos a votar?
Antes de la crisis, si se dan
cuenta, nada parecía alterar el bien estar de los españoles. Lejos de la
situación que tenemos ahora de paro y de desasosiego en general. Lejos de ver
que los representantes públicos eran corruptos y que mientras hicieran algo no
importaba que se llevaran el dinero público a Panamá o que utilizaran coches
que nadie podía tener o que por firmar contratos abusivos podrían enterrar a
los pueblos, ciudades y comunidades en
la más indigna miseria. Lejos de todo esto, la población estaba alegre y
disfrutaba de la vida. El problema que venía muchos no lo vieron. La burbuja política
tocó de lleno a un gran número de políticos que jamás lo pensaron.
El partido que gobierna España se
ha visto en una situación que avergüenza a más de uno en estos momentos. Avergüenza a
un gran número de votantes que sienten que las personas que ostentan los cargos
no les representan y piden un cambio y regeneración para poder salir a la calle
con cierto orgullo de proclamar abiertamente lo que defienden.
Pero la política corrupta ha
hecho en otros muchos casos que la venda no se pueda quitar ya que sería más
sangrante saber la verdad que tapar la herida mientras haya una sabana para
ella. Pero tarde o temprano acabará sangrando y no valdrá echarse las manos a
la cabeza.
Ese es el error. Saber lo que hay
y no cortar de raíz lo que daña a un partido. La gente honrada sea del partido
que sea debería dar un paso y no quedarse parada. Luego ocurren nuevas
escisiones para revindicar lo que otros no hacen y es
evidente que otros tantos ni se mueven de casa
ante tal situación de vacío que sienten.
La izquierda tiene más problemas
que nunca. Un deterioro constante de su capacidad de convencer en estos
momentos a una población olvidada durante décadas y claro está, quien ofrece, intenta sacar algo de todo este revuelo.
Lo que ha quedado muy evidente es que ofrecer es gratis pero actuar
con el discurso que han dado algunos de los que forman esa nueva izquierda y no
cumplirlo se ha ratificado con sus hechos.
Pues no se han pegado buenos
viajes, privilegios de diputados para todos ellos y un largo etc en pueblos que
han hecho olvidar de un plumazo lo que ellos denominaban la vieja política.
Es
curioso ver como ese que está en la calle rasgándose las vestiduras y dando consejos cuando le dan un puesto aunque sea el de conserje deje en ridículo al que criticaba con ahínco cometiendo
mil barrabasadas. ¡Para llorar¡
La limpieza política ha empezado a reclamarse en la calle y eso si
hay que agradecérselo a esta nueva situación. Podemos hacer una reflexión; " no todos son iguales".
Algunos quieren poner nuevos talantes sobre la mesa y
otros se empeñan en todo lo contrario.
Los españoles han de decidir y no
ser cómplices de la política de antaño. Reflexionando con los cambios y con las
personas que puedan aportar algo coherente, con promesas reales no con cánticos de
ballenas acatarradas.
En la mano de todos y cada uno
está