Volviendo al tema de ayer, sobre
la moción de confianza a Blanco, ha quedado claro una vez más que da igual el
color político, da igual las ideas de sus dirigentes, da igual la trayectoria
marcada o el discurso. Al final el “sillón “ es el que manda. No se ha puesto
ni morado el Diputado de esta formación ante la moción presentada. Ahora se
agarra a lo que tanto ha criticado su partido y deja de lado lo que expresan la
mayoría dentro de su seno. En fin, es una cuestión ésta que ya no va a ningún
lado. Se le ha visto el plumero como a tantos otros. Si hacen todos ustedes un
poco de memoria lo recordaran en el pueblo de Guriezo. Pero similitudes a parte
es normal que estos partidos emergentes caigan en la trampa de la maquinaria
política y sus triquiñuelas. Tienen claros maestros trileros de la democracia. Un
ejemplo puede ser este:” González Vega, uno de los cuatro senadores que el
PSOE 'presta' a otros partidos para formar grupo pasa temporalmente a Democràcia i
Llibertat junto a Ricardo Varela”.
Esta noticia, que veremos mañana
en los diarios, argumenta como este tipo
de cosas son normales en la política española. Quizás lo sean pero ¿a quién le
dan el voto los ciudadanos? Buena pregunta.
Así es lógico que ocurran cosas
en las ciudades o en los pueblos con sus candidatos. Si fomentan desde las más
altas esferas el desarraigo de lo que representan luego es normal que otros
apliquen lo que les viene en gana y en conveniencia a otras escalas menores.
Poco se puede esperar de esta
nueva legislatura que hace amago de empezar a nivel nacional y en muchos casos, menos
de la que ya empezó hace unos meses a nivel local.
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